¿Cómo viven los escoceses la Semana Santa? Os proponemos un nuevo post que trate la celebración de la Semana Santa en Escocia ya que la tenemos “a la vuelta de la esquina” y, aunque es una festividad que pertenece y se conmemora por toda la comunidad Cristiana, también en este campo tienen los escoceses particularidades que merece la pena reseñar. Así que por qué no hacer un breve repaso a estas tradiciones desde dentro y descubrir cómo se vive esta semana fuera de los dramáticos pasos, las organizaciones de procesiones por las diferentes cofradías, las manifestaciones de fe exacerbadas, penitentes, nazarenos, “Ben-Hur”, “Los Diez Mandamientos”, y un largo etcétera de lo que esta efeméride representa en España. Vamos primero a proponer una breve reflexión acerca de su significado:
¿Qué es la Semana Santa?
La festividad de la Semana Santa también se celebra en estas tierras pero se conoce con el nombre de “Easter” que, como sabemos, es la celebración cristiana que conmemora la muerte, enterramiento y resurrección de Jesucristo en el tercer día tras el tormento de la Crucifixión en el Gólgota, como así se relata en el Nuevo Testamento. Se trata de la culminación de la Pasión de Cristo tantas veces celebrada y representada para mostrarnos cuánto sufrió por la salvación de la Humanidad. A esta celebración le sigue el solemne cumplimiento de la Cuaresma: los cuarenta días de ayuno, rezo y penitencia.
Tríptico del Maestro Delft. Escenas de la Pasión de Cristo.
Origen etimológico de “Easter”
El nombre de “Easter” proviene etimológicamente del inglés antiguo “eastre”, una palabra derivada del alemán “Ostern”, la cual se refiere igualmente a la celebración de la “Pascua” y se cree que proviene del nombre de una diosa mitológica relacionada con la primavera y la fertilidad, a la cual se conocía como “Austron”. Fueron los cristianos anglosajones los que adoptaron y adaptaron su nombre para el rito religioso de la Resurrección de Cristo.
La última semana de la Cuaresma es la que nosotros celebramos como la Semana Santa o la Semana Sagrada (Holy Week) y es en ella en la que se encuentran los días del “Easter Triduum” (Triduo Pascual): el período de tres días que comienza con el “Maundy Thursday” (el Jueves Santo) y termina con los últimos rezos del “Easter Sunday” en los que se recuerda dolorosamente la pasión, muerte, entierro y resurrección de Jesús.
La celebración del “Easter” en Escocia
Aquí se dice que la celebración de la Semana Santa viene a ser más o menos como en cualquier otro lugar cristiano, pero si venimos a visitar el país en esta fecha, ciertamente nos encontraremos con tradiciones antes nunca vistas. Por ejemplo, uno de los dulces tradicionales que se degusta en estas fechas es el que llaman: “hot cross bun”, que viene a ser un bollito caliente que lleva una cruz de azúcar dibujada por encima. Se trata de un bizcocho especiado y dulce, que se adorna con uvas y pasas y que se come en Viernes Santo como tradición, aunque no sólo aquí, sino que este dulce es típico también de Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Al parecer, antes incluso de la enorme expansión de la religión cristiana durante la Alta Edad Media, ya se marcaba la pastelería con la señal de una cruz porque decían “ahuyentaba a los espíritus malignos evitando que pusieran el pan mohoso y duro”.
Hot Cross Bun – wikipedia.org Lausanne Morgan
Era algo que los panaderos o pasteleros sabían que tenían que hacer porque los clientes buscaban esto, así que podríamos decir que tanto marketing, como devoción y superstición jugaban un papel importante para casi cada negocio en cualquier época. Es muy complicado, por tanto, marcar el origen exacto del “Hot Cross Bun” ya que todos ellos vestían una cruz, pero parece que a finales del siglo XVII ya sólo el pan, las tartas y los bollos llevaban la cruz para celebrar el Viernes Santo y dentro de un ambiente de rezos y bendiciones de alabanza a la Crucifixión. En este momento, los dulces con cruz empezaron a considerarse especiales o únicos.
Lo que sí se sabe es que ya se referían con el nombre de “Good Friday Buns” para hablar de este dulce desde el siglo XVII, que se tomaban normalmente para desayunar, que se hacía durante el Viernes Santo y que se consideraba un dulce para las clases más humildes las cuales se permitían el placer de comerlo, a modo de homenaje, durante las fiestas. Hacia el siglo XVIII en las ciudades más grandes estos dulces ya se vendían en las calles casi cada día durante la Semana Santa y era imposible no saberlo porque los mercaderes intentaban venderlos al grito de: “One larger-a-penny, two smaller-a-penny, hot-cross buns” (Uno grande por un penique, dos pequeños por un penique, hot cross buns“). La primera vez que se les llamó “Hot Cross Buns” viene de mediados del XVIII y se ha recordado por un “poema” que le compusieron en su honor:
“Good Friday comes this month—the old woman runs
With one or two a-penny hot cross buns,
Whose virtue is, if you believe what’s said,
They’ll not grow mouldy like the common bread.”
Lo podríamos traducir más o menos así:
“El Viernes Santo es este mes – las señoras corren
A por uno o dos pasteles calientes con cruz por un penique
Cuya virtud es, si creemos en lo que se dice,
Que nunca se enmohecen como así le ocurre al pan”
Comer dulces en fechas señaladas es algo que no tiene por qué sorprender mucho, pero el “Egg Rolling Contest” puede asombrar algo más. Lo podríamos traducir como “La Carrera de Huevos rodantes”, la cual se celebra en muchos lugares del mundo, dada la expansión británica por Asia, América, Canadá, etc., pero en el propio Reino Unido tienen una forma especial de celebrarlo. Lo que hacen es decorar los huevos y los tiran por las colinas más verdes de cada ciudad conmemorando una fiesta milenaria que tiene origen en la Pascua judía del “Passover”, y que hoy en día se conoce como el “pace-egging” (el ritmo del huevo). Algunos de los lugares más tradicionales para celebrar este evento, que hoy día se ha convertido casi más en una competición, son: Penrith, la colina de Bunkers en Derby y nuestra queridísima colina de Arthur´s Seat en Edimburgo. Antiguamente, los huevos se envolvían en pieles de cebolla y se hervían para que tuvieran una apariencia dorada, pero hoy simplemente se pintan. Los huevos eran un símbolo tradicional de fertilidad y renacimiento en creencias paganas, pero más adelante el Cristianismo las acogió para el período de la Semana Santa y simbolizaban la salida inesperada de Jesucristo desde la roca que bloqueaba su tumba.
Este evento se celebra, como explicábamos, en una de las colinas más famosas de Edimburgo: Arthur´s Seat, desde donde se lanzan los huevos para ver cuál llega más lejos. Pero esto no sólo se celebra en la colina sino que también lo hacen en la Hopetoun House en South Queensferry, donde realizan el conocido como “Easter Egg stravaganza”, que tiene lugar en el “Easter Sunday”, en el que te enseñan cómo pintar los huevos, tirarlos y otras divertidas actividades para participar de todas sus tradiciones de Semana Santa.
En relación a los famosos “Easter Eggs”, tendríamos que mencionar también el ilustre “Easter Bunny” (el Conejo de Pascua). Se trata de un personaje ficticio, representado por un conejo con apariencia pícara y simpática que se dedica a traer los famosos huevos para luego hacer la carrera del huevo rodante. El origen de esta figura parece provenir de la Alemania luterana, cuando al “Easter Hare” (aquí refiriéndose a una liebre) se le dio un papel “judicial” muy importante: se encargaban de decidir si los niños habían sido buenos o desobedientes al comienzo de la Semana Santa, un poco la tarea que también se encomienda a los venerables Reyes Magos o a Santa Claus. Según la leyenda, llevaba huevos de colores en una cesta, junto con dulces y, en ocasiones, juguetes a las casas de los niños.
Easter Bunny. El conejo de Semana Santa – wikimedia.org Gerbil
La representación de liebres (hare) y conejos ya era bastante habitual durante la Edad Media, ya que existía la creencia ancestral de que eran hermafroditas. La idea de que una criatura pudiera reproducirse y dar vida sin perder su virginidad llevó a una asociación directa con la Virgen María, y es por esto por lo que podemos encontrar su figura encarnada en miniaturas, manuscritos o frescos de la época Pre-Cristiana y parte de la Alta Edad Media. Llegaron a sacralizar tanto esta criatura que se le acabó relacionando incluso con la Trinidad, y es por ello que pueden encontrarse también representaciones de 3 liebres interrelacionadas formando una especie de círculo en lugares prominentes de los edificios religiosos, como por ejemplo, en los frontones de las portadas de acceso al templo.
Representación de tres Liebres en el Paderborner Dom, Alemania – wikipedia.org Zefram
Como vemos, unos símbolos muy importantes para la iglesia, que fueron incluso relacionados con emblemas masónicos en su época y que formaban parte de una leyenda en la que “un joven conejo esperó ansioso durante 3 días a que su amigo Jesús terminara sus oraciones en el Jardín de Getsemaní (situado a los pies del Monte de los Olivos en Jerusalén) antes de ser arrestado por las tropas de Pilatos. En la primera mañana de la Semana Santa, Jesús volvió al Jardín y fue recibido por su amigo. Esa misma tarde, encontraron una planta de consuelda en pleno brote, pero su flor tenía la imagen de un conejo en el centro como recuerdo a su pequeño y fiel amigo, el cual aguardó la tumba de Jesús y fue testigo directo de su Resurrección. Cuando vió a Jesucristo salir de la tumba, se dio cuenta de que debía compartirlo con el resto de la Humanidad, pero como no entenderían su lenguaje, decidió expresarlo a través de huevos (de los cuales renace una nueva vida) y pintarlos en señal de que era una noticia alegre.
En general, tanto los conejos como liebres y los huevos han tenido una simbología asociada a la fertilidad desde tiempos inmemoriales, asociado a la vida que portan los huevos y a la fecha en torno al Equinoccio de Marzo, momento en que suelen dar a luz conejos y liebres, muy prolíferos en la reproducción y crianza, y que coincide más o menos con la celebración de la Semana Santa.
Hemos hablado de algunas de las tradiciones curiosas que tienen nuestros amigos escoceses durante la Semana Santa, pero ya decíamos que no consideran estas fechas como algo específicamente escocés. Lo que sí es una tradición muy significativa, es la de tener una comida familiar durante el “Easter Sunday” y, normalmente, el plato principal es “Roast Lamb” (cordero asado).
Normalmente el menú suele consistir en un primer plato ligero, como una sopa o una crema: de zanahorias con cilantro; de patatas, nabos y zanahorias; crema de puerros y patatas; sopa de coliflor y bacon, etc. El principal, como decíamos, consistía en una pieza de carne tipo cordero o ternera y, para finalizar, el postre suele consistir en una buena dosis de azúcar: profiteroles con chocolate, tarta de manzana o el famoso postre de frambuesas llamado “Scottish Cranachan”.
Tras este breve repaso ya hemos podido observar cómo el “Easter” no es una fecha de sufrimiento, sino más bien de alegría por tierras escocesas, como bien daban fe estos últimos manjares que se degustan en familia. Pero cabría finalizar destacando que, por supuesto, son fechas muy deseadas para los escolares, a quiénes también se les otorgan vacaciones, y se aprovecha para pasar una semana en familia en casas de campo, parques naturales, para visitar castillos y la infinidad de monumentos que se pueden encontrar en este país y muchas sesiones organizadas de “caza de los huevos de Semana Santa”, caminatas, sesiones donde te enseñan a pintar los huevos, etc.
Para aquellos amantes de la ciencia, la Semana Santa suele coincidir con el aclamado “Festival Internacional de la Ciencia de Edimburgo” y con el “Festival Internacional de la Comedia en Glasgow”.
Si vienen a pasar sus vacaciones de Semana Santa en Escocia ya pueden hablar de sus tradiciones propias, probar los platos típicos de la temporada y los eventos especiales que se preparan para esta temporada ¡Feliz Semana Santa y nos vemos en Edimburgo!
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